Hace 3 meses la muerte de George Floyd en Minneapolis a manos de la policía, generó una ola de manifestaciones y un verdadero estallido social en los Estados Unidos. Los cuales a pesar de disminuir en intensidad, no se han detenido hasta el día de hoy, peor aún, se han ido agravando por el incidente ocurrido hace una semana el pasado domingo en Kenosha, al sur de Wisconsin, donde la policía disparó 7 disparos por la espalda a Jacob Blake, quien aún se encuentra gravemente hospitalizado, provocando un inédito paro en la burbuja de la NBA, que se desarrolla en Orlando, Florida.
Anoche, en lo que es el corolario de una semana convulsa, se produjeron incidentes en la ciudad de Portland, Oregón, en donde una caravana de adherentes a Donald Trump se enfrentó con manifestantes por la justicia racial. Un hombre resultó muerto por un disparo en el pecho, este llevaba una gorra con el lema “Patriot Prayer” (Oración Patriota), un grupo de extrema derecha. La policía de Portland aún no da información sobre el nombre del fallecido o de arrestos asociados al incidente.
Tensión racial que sigue en el tapete en la unión americana en medio de la campaña electoral presidencial, el Presidente republicano Donald Trump busca la reelección en medio de la crisis sanitaria por la pandemia, donde han muerto cerca de 200.000 personas a causa del virus. Su rival el demócrata Joe Biden lidera las encuestas con su compañera de lista y candidata a la vicepresidencia Kamala Harris.
Trump frente a este escenario de revueltas y manifestaciones del movimiento “Black Lives Matter”, ha endurecido su discurso usando como ejemplo la revuelta de Portland, señalando que se debe reestablecer “la ley y el orden”. Luego de aceptar la nominación presidencial en la convención republicana.
